Diarios Chabacanos, 26 de abril
Salí a comer solo a una fondita que está como a tres cuadras de mi casa. Fui con toda la intención de pedir la comida para llevar y regresar inmediatamente a terminar de trabajar. Pero cuando llegué a la fondita y me preguntaron si deseaba una mesa contesté que sí. Al parecer mucha gente come sola porque había varias mesas con una sola silla.
O sea, sí me gusta mucho hacer cosas solo, ir al cine, a comer, al parque, pero en cuanto me senté sentí un deseo incontrolable por platicar con alguien, quien fuera, de cualquier tema.
Pedí un caldito de pollo con arroz rojo, unas enmoladas y agua de limón con chía. En cuanto di el primer bocado caí en la cuenta de que me estaba muriendo de hambre. Comí como en 15 minutos y, claro, luego, luego me alcanzó el temido y terrible mal del puerco. Cuando el mesero llegó a retirar mis platos me preguntó si todo estuvo bien, y yo le dije que sí, menos por las ganas brutales de reposar mis carnes y dormir. Me reí. Él no.
Lo bueno es que en la mesa de al lado había una chica que sí encontró humor en mi comentario. Le sonreí y, cuando se fue el mesero, le pregunté (por razones que desconozco) si a ella no le estaba dando el mal del puerco. Sonrió y contestó que no, pero que me podía explicar por qué sucede.
Resulta que es doctora y también da clases. Me contó que el mal del puerco nos da porque la glucosa en nuestra sangre, cuando comemos, se va al sistema nervioso, al hipotálamo (que ni sé bien que es, pero al parecer es una parte de nuestro cerebro). Ya en el cerebro la glucosa altera a unas células específicas (que no recuerdo cómo se llaman porque todas las partes del cuerpo tienen nombres técnicos fáciles de olvidar) y entonces se instala una sensación de tranquilidad, por eso queremos tomar una cobija y dormir.
Quisimos platicar más, pero le llegó una alerta al celular del hospital y tuvo que irse. ¿Me hubiera gustado más plática y términos complejos sobre cómo funciona mi organismo? Claro. No pasó, entonces me conformo con este nuevo pedacito de sabiduría.
Esta fue la entrega del 26 de abril de nuestros Diarios Chabacanos, te esperamos en dos semanas en nuestra de sección Diarios Chabacanos para que te deleites con las nuevas aventuras de nuestro Chabacanito.
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