Ya no estoy aquí, la belleza desde otra perspectiva
Por: Rodrigo Quezada
Instagram: @rodri_thedude
Hola, chabacanos. El día de hoy les voy a platicar sobre Ya no estoy aquí, de Fernando Frías (Las crónicas del taco), un drama que relata la vida de Ulises Samperio (Juan Daniel García Treviño) y su pandilla Los Terkos, quienes están inmersos en una de las subculturas de Monterrey: la Kolombia.
La Kolombia es representada por un grupo de personas de distintas edades con un gusto peculiar por la moda, la cumbia y la forma en que se baila.
El drama relata la odisea de Ulises por los barrios menos favorecidos de Monterrey. Nuestro desprovisto héroe encuentra su punto de inflexión en un desencuentro con una de las pandillas rivales, que busca la hegemonía sobre la colonia, imponiendo su sentido de la ley, la moda y la música.
Ulises debe entonces huir a los Estados Unidos, pero la aventura no le viene nada grata, pues en el país vecino encuentra no solo el desfavor de sus compatriotas, sino el de los mismos locales. La barrera del idioma cobra sus dividendos y luego de una breve amistad con Lin (Xueming Angelina Chen), una joven de origen Chino que no esconde su fascinación por el extravagante estilo de Ulises, éste es detenido por la policía.
A su regreso se encontrará con un panorama desolador, ya que sus amigos y su antiguo grupo se ha desmembrado. La realidad que enfrenta su natal ciudad ha cambiado, pero él se resiste.
Es ahí en donde encuentro la mayor belleza de la película, no en su relato mismo, sino en la belleza que captura. La alegría que un joven que ha perdido todo, encuentra en la música y en el baile la calma.
La historia de Ulises y Los Terkos nos otorga un inadvertido regalo, el relato de la belleza más allá de las formas dominantes del arte y la cultura.