Pep Guardiola y su aventura por el futbol mexicano

Por: El ResBalón

Corría el verano del 2006 cuando el entrenador español Juan Manuel Lillo llegó a la dirección técnica del club Dorados de Culiacán, equipo recién ascendido en el futbol de Primera División de México. Lillo llegaba con una misión casi imposible: salvar del descenso a un equipo con poco presupuesto. 

Al asumir su cargo, el entrenador español logró las contrataciones de Ángel “Matute” Morales, Sebastián “El Loco” Abreu y la llegada de la super estrella del futbol español: Josep Guardiola, campeón en ligas de Europa como la italiana y titular durante más de una década con la Selección Española. 

La llegada de Guardiola a Sinaloa paralizó al estado completo e incluso fue de impacto mundial. 

Todos querían ir a verlo jugar fuera cual fuera el estadio.

Guardiola, muy buen amigo de Eliseo Martínez, no dudó en aceptar un último reto antes de culminar su extraordinaria carrera. 

El compromiso estaba ahí.

Pep no dudó en ser el líder de ese equipo que luchó hasta el último minuto por su salvación, pues, además de poseer gran talento en el terreno de juego, involucraba dentro de la lucha hasta a los utileros, psicólogos, recoge balones, nutriólogos y médicos del club. 

Desafortunadamente, esos míticos Dorados no lograron la permanencia en primera.

Hoy, a más de 10 años de su fugaz paso por el futbol mexicano, Guardiola es uno de los mejores entrenadores que ha visto la historia del futbol, pero con una cuenta pendiente que él mismo estableció: dirigir a Dorados de Culiacán. 

Hasta que ruede de nuevo el balón en esta cancha, chabacanos.