No sabía que me gustaba la música clásica
Por: Culto
Twitter: @SemElChabacano
A veces decimos que no nos gusta la música clásica, pues puede parecernos aburrida o, simplemente, no es nuestro género y no conectamos con ella, pero ¿qué pasaría si te digo que te gusta más música clásica de la que crees conocer?
Todos los que crecimos viendo en televisión los Looney Tunes no fuimos ajenos a la música clásica en más de un episodio. Los más icónicos y que más reconoce la gente, sin duda, es “El conejo de Sevilla”, dónde suena de fondo El barbero de Sevilla de Giaochino Rossini; la Obertura a Guillermo Tell, en “Bugs Bunny Rides Again” del mismo Rossini; y, en “Baton Bunny”, Una mañana, una tarde y una noche en Viena de Franz von Suppé.
Pero no sólo ahí hemos escuchado música clásica. La marcha turca de Beethoven la hemos escuchado montones de veces acompañando las aventuras del niño más querido de México (y Latinoamérica): El Chavo del 8.
¿Quién no recuerda el famoso tono de Nokia que muchos cantábamos como “está sonando, está sonando, mi teléfono”? pues ese tono también es una pieza clásica del español Francisco Tárrega y se llama El gran vals.
En el cine también tenemos grandes obras clásicas como parte de la banda sonora de espectaculares películas: en La naranja mecánica suena, montones de veces, La novena sinfonía de Beethoven; el Vals de las guirnaldas de Tchaikovsky suena durante el primer encuentro entre Felipe y Aurora en la película animada de Disney La bella durmiente; las piezas más icónicas del ballet El lago de los cisnes, también de Tchaikovsky, acompañan a Natalie Portman en El cisne negro; y Richard Strauss se hace presente con Así habló Zarathustra en 2001: Odisea en el espacio.
En bodas, podemos escuchar dos clásicos: Ave María de Joan Sebastian Bach y La marcha nupcial de Richard Wagner. Mientras que, en las fiestas de quince años, muchas chicas escogieron usar como vals El Danubio azul de Johann Strauss.
La música clásica también ha servido para musicalizar comerciales de algunos productos o eventos; por ejemplo, La marcha fúnebre, de Frédéric Chopin, musicaliza la mayoría de los comerciales relacionados con la celebración del día de muertos; El hada de azúcar, de nuevo de Tchaikovsky, para los motivos navideños; y Primavera, de Vivaldi, acompaña aquellos que quieren hablar de temas serios o intelectuales.
Finalmente, en el mundo de videos que es YouTube, muchos creadores de contenido de terror, suspenso o teorías de conspiración se ayudan de O Fortuna (parte de la cantata Carmina Burana) de Carl Off para darle ese toque de suspenso a sus videos.
Si crees que has escuchado alguna de estas piezas en algún lugar, pero no recuerdas dónde, seguramente han ido acompañadas de la bella letanía: “ya que le contiene grandes éxitos de Beethoven, Vivaldi, Tchaikovsky. Música relajante, música clásica, más de 150 temas…”
¿Qué otra melodía de música clásica recuerdas, chabacano?
Te invitamos a seguirnos en nuestra página de Facebook, búscanos como Semanario El Chabacano y en nuestra cuenta de Twitter, encuéntranos como @SemElChabacano.