El mole, tradición mexicana. Primera parte

Por: Marat Aguilera

El mole representa lo mejor de la cocina mexicana, combina más ingredientes y técnicas que cualquier otro platillo. Es uno de los más complejos y laboriosos de preparar, platillo de fiestas, ejemplo de sofisticación y excelencia entre las salsas mexicanas.

Preparar un mole desde cero representa un lazo estrecho entre el anfitrión y el invitado. La comida se transforma en una extensión del anfitrión, de ahí que sea mal visto dejar comida en los platos. 

Cocinar es un acto de amor, de misticismo, de secrecía. Pero el mole no sería una parte tan importante de la identidad mexicana sin compartir del conocimiento, así podemos explicar cómo se compone una tradición.

Las mujeres son las principales depositarias de estos saberes y es a través de sus sazones que se tejen relaciones. Hombres y mujeres se valen de esto para hacer lazos matrimoniales, negocios, compadrazgos y confianzas, y así continúa viva la gran tradición del mole y sus hechuras.

En México, el sabor es chile y el chile es salsa. El mole es rico en historia, saberes y sabores, el rey de las fiestas, en alegrías y tristezas.