Los horrores del Metro, parte 2
Por: Alex Reset
Instagram: @alexreset
Una parte no fue suficiente para contar todas las leyendas e historias que han ocurrido dentro de nuestro sistema de transporte preferido: el Metro. Hoy les volveremos a sembrar miedo en su recorrido.
Gritos de Tacubaya
Los trabajadores de la estación del Metro Tacubaya han declarado haber oído gritos extraños provenientes de los túneles de la estación. Estos relatos han hecho que los trabajadores teman trabajar a altas horas de la noche. ¿Los han escuchado?
El hombre del maletín con sangre
En los años 80 se vio en numerosas ocasiones a un sujeto vestido de negro con un maletín que escurría sangre. Lo que se cuenta es que cuando lo interrogaron descubrieron que lo que guardaba en aquel maletín eran manos de mujeres que aún tenían sus joyas.
El fantasma de Pino Suárez
Un trabajador narró esta terrorífica historia y se tiene como real. Cuenta que una noche, durante su recorrido nocturno por las vías del tren, encontró a un trabajador que no reconoció. Comenzó a hacerle varias preguntas para asegurarse de que realmente fuera un trabajador de esa estación y al no recibir las respuestas que esperaba, de inmediato fue con su supervisor a reportar el hecho.
Al llegar con él y platicarle lo ocurrido, el supervisor comenzó a buscar entre los archivos de los trabajadores y, cuando encontró lo que buscaba, le mostró la foto de un trabajador. Al verla de inmediato identificó a la persona que se había encontrado en las vías.
Confirmó con su supervisor que se trataba de él y su jefe le comentó que era un trabajador que había muerto en las vías por un accidente con un vagón descompuesto, y le dijo que no era ni el primero ni el último en verlo.
La mujer sonriente
El año pasado se dieron varias apariciones de una mujer que, según testigos, tiene una mirada y una sonrisa tan perturbadora que los que la han visto no logran sostener la mirada más de unos segundos.
Esta persona ha sido vista en varias estaciones del Metro, se dice que suele abordar los últimos vagones del tren en las últimas salidas.
Aquellos que han tenido la desdicha de verla dicen que su sonrisa es tan macabra que no puede ser de una persona viva.
Si tú sueles andar a altas horas de la noche en el Metro, ruega por no toparte con ella.