Horrores en el Metro
Por: El Valedor
Twitter: @SemElChabacano
Nuestro querido Metro es uno de los transportes más utilizados en la ciudad. Miles de cosas suceden en sus instalaciones. El día de hoy les contaremos algunos de los relatos más terroríficos sucedidos en este transporte, a ver si conocen alguno.
Las ratas gigantes
Se cuenta que en la Línea 3, que corre de Indios Verdes a Universidad, cientos de usuarios han visto ratas de un tamaño colosal que podrían tragarse a un animal del tamaño de un gato o un perro.
Pasos en la estación Deportivo 18 de marzo
Todos aquellos que recorren los largos pasillos de la estación Deportivo 18 de marzo de la Línea 3, corren el peligro de ser perseguidos por un extraño sonido de pisadas. Quienes han vivido esta experiencia cuentan que, al dar vuelta para ver de qué se trata, se encontraron con la nada. Sigue siendo un misterio de dónde provienen esos pasos. ¡Ay, nanita!
La niña de Boulevard Puerto Aéreo
Son miles las personas que han contado haberse encontrado con una niña en los últimos vagones del Metro a eso de las 11 o 12 de la noche. Afirman que esta niña se les acerca y les pide que jueguen con ella. Si aceptas, la niña te aventará algo que al principio creerás que es su juguete, pero al tomarlo, te darás cuenta que es su cabeza. Otra versión dice que pide que le ayuden a amarrar sus agujetas y, al inclinarse, te das cuenta de que no tiene piernas. ¡Escalofriante!
¿Cuatro Caminos es la estación final?
Las historias que se cuentan sobre la Línea 2 del Metro son diversas, sin embargo, la que siembra más inquietud en la gente de la CDMX es aquella que dice que la estación final de esta línea no es Cuatro Caminos, sino que hay un túnel secreto que fue diseñado exclusivamente para que los militares lleguen rápidamente al zócalo en caso de que exista una emergencia nacional.
El vampiro de Barranca del Muerto
Una persona se quedó dormida en las últimas estaciones de la Línea 7 con dirección a Barranca del Muerto. Cuando despertó, se percató de que no se encontraba en el Metro, sino en las vías, y al levantarse vio a dos personas discutiendo. Al acercarse a ver qué ocurría, se dio cuenta de que uno era sumamente alto, delgado y pálido, se acercó más y logró ver que la otra persona tenía sangre en el cuello. Era como si el sujeto alto lo hubiese mordido. Al comprender lo que estaba pasando, salió corriendo a la estación más cercana y les contó a los oficiales que se encontraban en ella lo que había visto. Los oficiales no creyeron su historia. No sabemos si esto es real, pero te aconsejamos no quedarte dormido en los vagones después de las 10 de la noche.
Si son de las personas que su rutina los obligada a estar hasta horas tardías en el Metro, cuídense, nunca saben qué se podrían encontrar.