La guajolota, el combustible de los chilangos
Por: Isaías MdeL
¿Quién no ha ido tarde, despeinado y sin desayunar porque no sonó el despertador? Estamos seguros que más de uno levantó la mano, pero también estamos seguros que gracias a que saliste de rápido, tuviste que comprar algo de comer para iniciar el día con la energía que necesitas.
Cualquier chilango que se respete, a pesar de ir a las prisas, se ha detenido a comprar algo que le dé los nutrientes necesarios para aguantar la jornada, y en muchos casos es una buena y deliciosa guajolota.
Todos hemos visto un carrito en donde venden esta belleza culinaria de nuestra CDMX, pero ¿te has puesto a pensar dónde surgió este manjar?
La guajolota tiene su origen en Puebla, lugar en donde se comía un pambazo con una enchilada dentro y que los chilangos adoptaron y rediseñaron: en vez de ser un pambazo, utilizaron un bolillo o telera, y en vez de una enchilada era un tamal.
Con el tiempo, la torta de tamal se volvió el aliado perfecto para los trabajadores o estudiantes que por su ritmo de vida inician actividades desde temprano, por lo que es probable que se compren un “guajolocombo”, que consiste en una rica guajolota con el atole de tu preferencia.
De dónde proviene el nombre de guajolota aún es desconocido, sin embargo, por las calorías que te da y por ser masa sobre masa, podríamos decir que es porque, con todo respeto, te pone “gordo, gordo, gordo”.
Sin más por el momento, deseamos que tengas una excelente semana y que puedas comerte una deliciosa guajolota cuanto antes, al fin que puestos en donde la puedas comprar abundan en nuestra capirucha.