El impacto del Bidi Bidi Bom Bom

Por: Jhonatan Morales

Instagram: @jhonathmorales

Selena Quintanilla nació el 16 de de abril de 1971 y murió a los 23 años mientras estaba en la cima de su carrera. 

Pero aún después de su muerte, Selena sigue con nosotros: recién fue añadida al Star Trail of Fame de Houston Rodeo, la compañía de cosméticos MAC anunció una segunda colección inspirada en la cantante, Netflix anunció una serie sobre su vida e incluso se hizo una película sobre ella. Selena continúa siendo un puente entre dos culturas. 

Nacida en Estados Unidos e hija de padres mexicanos, la cantante fue la imagen de la realidad de millones de personas en Estados Unidos de origen mexicano o latinoamericano. Selena sigue con vida porque fue un símbolo de esperanza y perseverancia para una parte de la población estadounidense que se sentía alienada. 

No era lo suficientemente mexicana porque no dominaba el español ni lo suficientemente gringa por su físico, por lo cual creó un espacio seguro para aquellas personas que vivían esta situación. 

El puente que creó permitió que otros latinos cruzaran entre los dos mundos en que vivían, en cuanto al idioma y su identidad, una lucha compartida por muchos. Por primera vez, muchos latinos vieron triunfar a alguien parecida a ellos. 

Hoy en día, muchos bailamos el Bidi Bidi Bom Bom, La Carchacha o El Chico del Apartamento 512 en las fiestas; cantamos No Me Queda Más cuando tenemos alguna decepción amorosa o Si Una Vez, en compañía de una botella de tequila, al estar despechados. 

Sin embargo, todas estas canciones tienen una gran historia detrás de ellas, estas canciones continúan marcando e impactando a las nuevas generaciones de mexicanos y de mexicano-estadounidenses y seguirán haciéndolo por muchos años más.

Y tú, chabacano, ¿vives un amor prohibido por las calles?