¿Las vacunas están ligadas con el autismo?
Por: Chabacano Novedoso
En 1998, el médico Andrew Jeremy Wakefield presentó un informe en el que demostraba que existía una relación entre la vacuna triple viral (que protege de sarampión, paperas y rubéola) y el aumento de casos de personas con autismo.
Después de la publicación de este estudio, muchos otros investigadores comenzaron a hacer sus propias investigaciones para encontrar los mismos resultados que Wakefield; sin embargo, ninguno tuvo éxito.
En 2004, el reportero Brian Deer dio a conocer la existencia de conflictos de intereses en el estudio del médico. Finalmente, en 2010, se dio a conocer que este estudio fue completamente truqueado por parte de Wakefield y le fue retirada su licencia para ejercer como médico por actitud antiética y una mala práctica profesional.
Aunque muchas personas de la comunidad científica han desmentido el estudio fraudulento, el daño se hizo y el movimiento antivacunas ha crecido de manera exponencial en todo el mundo por el temor a que sus hijos se contagiasen de autismo.
Pero ¿es posible que la gente se contagie o desarrolle autismo? Antes de dar respuesta a esto, hay que saber qué es el autismo. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta en los primeros 3 años de vida.
El Trastorno del Espectro Autista se caracteriza por dos “síntomas” fundamentales: la dificultad en la interacción social y la comunicación y los patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses y rutinas.
Como se mencionó antes, el TEA puede detectarse durante los primeros 3 años de vida del paciente. Los posibles indicios de TEA son: ausencia de juego simbólico, evitan el contacto visual tanto como pueden y no observan la expresión facial de su interlocutor, su lenguaje es literal (tienes muchos problemas para entender chistes, el doble sentido, las metáforas, las bromas ni las notas de El Deforma), el cambio en la rutina les provoca demasiado estrés y ansiedad, evitan el contacto físico y, con frecuencia, son poco tolerantes al dolor.
No se conocen causas específicas que puedan provocar o detonar o hacer presente en el paciente el TEA, pero, a lo largo de años de investigación, se han descubierto posibles factores de riesgo que son posibles que contribuyan al desarrollo del TEA.
La evidencia científica sugiere que la mayoría de los casos, el autismo es un desorden heredable, lo que lo convierte en el trastorno con mayor incidencia genética.
Las investigaciones han aportado mucha información; sin embargo, los especialistas aún no encuentran una causa real para que el paciente desarrolle TEA.
Una cosa es segura: las vacunas no están relacionadas, en ningún sentido, con TEA. Hazte un favor y vacúnate, es por tu salud y por la de la humanidad.